SOBRE LA ELA

Home ¿Cómo se diagnostica?

Si su médico clínico cree que usted podría tener un problema neurológico, él lo derivará a un neurólogo, quien podrá ordenar una serie de exámenes. Normalmente usted acudirá a los mismos como paciente externo, pero en algunos casos puede que se requiera hospitalizarlo por un tiempo corto.

Examen clínico: Ayuda al especialista en Neurología a sacar buenas conclusiones de los exámenes iniciales. Su experiencia sobre una amplia gama de trastornos neurológicos le permite reconocer signos y determinar qué exámenes son los adecuados. Según sus síntomas actuales, puede no ser esencial realizar todos los exámenes siguientes.

Pruebas de sangre: Buscan incrementos en la creatina quinasa, que se produce cuando el músculo deja de funcionar. Esto en ocasiones puede hallarse en personas con ELA, pero también puede indicar otras condiciones médicas.

Electromiograma o Electromiografía (EMG): Se lo conoce a veces como la prueba de la aguja, dado que se utilizan finas agujas para registrar los impulsos nerviosos que ocurren en forma natural dentro de ciertos músculos. Aquellos músculos que han perdido su provisión nerviosa pueden detectarse por una actividad eléctrica anormal. Las anormalidades pueden observarse aún cuando un músculo no se encuentra todavía afectado, por lo tanto es una herramienta de diagnóstico muy importante.

Estudios de conducción nerviosa: Aplican un impulso eléctrico a través de una pequeña almohadilla sobre la piel, a fin de medir la velocidad a la cual los nervios transportan señales eléctricas.

Estimulación Magnética Transcraneal (EMT): Mide la actividad de las neuronas motoras superiores y puede ayudar en el proceso de diagnóstico.

Imágenes por Resonancia Magnética (IRM): Se coloca al paciente en una máquina cilíndrica para tomar imágenes internas del cuerpo. No sirven para diagnosticar ENM, pero ayudan a descartar otras enfermedades mediante la revelación del daño causado, por ejemplo, como consecuencia de un ACV, Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple, tumores y nervios comprimidos, así como lesión en la espina dorsal o el cerebro.

Otros exámenes: Su neurólogo puede solicitarlos, tales como punción lumbar o biopsia muscular, cuando los hallazgos clínicos indican que podrían ser útiles. De todas formas, no se utilizan siempre como herramientas de diagnóstico para ELA.


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